A MARIANO, UN AMIGO.
Los que conocimos a Mariano -como nos duele hablar en pasado-, sabíamos que no podía pasar desapercibido. Ya fuera por su prematuro color blanco de pelo , por su singular y versátil físico, (le permitió ser máximo goleador en los equipos de balonmano donde jugó, y competir en la máxima categoría del rugby español), o por su
elegancia vistiendo de abogado; bien podría haber pasado por un actor americano de éxito.
Mariano nunca perdía la cara ante ninguna situación. No era de los que corría por el "Txikitenis", más bien todo lo contrario, estaba ahí dándote seguridad y colaborando incluso en las situaciones más complejas y arriesgadas.
Con él, no podías discutir ni enfadarte. Y aunque de vez en cuando le gustaba polemizar, soltaba con su grave voz alguna de sus frases talibanes-maximalistas, y entonces solo podías elegir entre : “Venga Mariano…” “Como eres Mariano” o “Venga, otra cerveza”
Profundamente familiar, su familia era lo más importante y se preocupaba por ella. Era una especie de “Il Consigliere” en este ámbito. Así es como conocimos a sus padres y a todos sus hermanos, que no eran pocos. Era un padrazo con su hijo Guillermo (Guille como le llamaba él con orgullo), a pesar de las horas de trabajo y esfuerzo que dedicaba al despacho. Y siempre con el apoyo y complicidad de Mar; y no solo en esta faceta sino en todas las que compartieron desde los tiempos en que se conocieron de la facultad.
En los malos momentos, que también los tuvo, de él no podías esperar lamentos, ni quejas, ni complacencia en el dolor, ni citas a la mala suerte. No, nada de eso. Al contrario. Afrontaba las adversidades con determinación y entereza. “Tonterías las justas”. Desdramatizaba cualquier situación para acto seguido cambiar el foco de atención.
Estábamos contentos y orgullosos de él. De cómo se encontraba a todos los niveles, en lo personal, en lo familiar, en lo laboral. Era un anfitrión excepcional, un excelente compañero, pero ante todo UN AMIGO. Y muy querido.
El pasado 23 de abril Mariano tomo el balón y, ante la incredulidad de su familia, amigos, compañeros ..... y con su elegancia habitual, se fue directo a palos.
HASTA SIEMPRE MARIANO
[Elegía a Mariano Del Valle Mulet]
Sólo los buenos mueren jóvenes, only the good die young, como cantaba Billy Joel. Hasta siempre, mi querido Mariano del Valle Mulet, Pitufo. Te has ido demasiado pronto, por sorpresa. Siento estar lejos para no compartir los abrazos de consuelo con nuestros amigos de tantos años en la facultad, jugando rugby, viajando a San Sebastián, Portugal, compartiendo en el barrio, cañas en Riaño y en El Guarro, las partidas de subbutteo, las reuniones del Colectivo Argüelles, riendo y disfrutando de la vida... Me resulta difícil y extraño porque en ambos casos es como si no pudiera consumar el duelo y la pena por la pérdida, como si no pudiera confirmar la realidad de tu partida al no tener la certeza cercana del llanto de los que te pierden en primera fila. Descansa en paz mi querido amigo. No sabes lo que siento tu pérdida y cómo sufro pensando en Mar y en tu hijo Guillermo, y en toda tu familia.
ResponderEliminarMe toca ahora a mí, después de haber pasado un tiempo prudencial, y no influído por la presión emocional del momento de su fallecimiento, que a todos nos ha cogido tan de sorpresa, de funesta sorpresa. Hablar de Mariano es fácil, porque era un tipo de puta madre, y un jugador de rugby de unas facultades asombrosas como así lo vieron en el CAU.
ResponderEliminarSolamente sé, que nuestro amigo, aunque no le viéramos, o nuestro contacto no fuera tan intenso como nos gustaría, se ha ido. No está. Ha fallecido y punto. Y ya no puedo llamarle para hablar con él.
Hay muchos argumentos que podrían consolarme, pero estoy harto de consuelos solemnes. Sólo deseo presencias, y no argumentos que tratan de llenar huecos.
Ahora me acuerdo de tantas y tantas cosas…… empezamos casi a le vez en el equipo (Luisiño y yo unos meses antes), con el Chino Urbina y Guti y algunos pocos más y compartíamos muchas cosas con motivo de esa novedad y “soledad” que siempre supone incorporarte de nuevas a un grupo social, en éste caso tan incomparable, como era el del rugby.
¿Os acordais de San Sebastián?.... el cabronazo de Mariano se bregó como un león, y no perdió cara ni un instante mientras nos zurraban a 3 ó 4 contra 1, en la puerta del Chiki.
También el día a día universitario, con quien compartimos las vicisitudes propias de aquello: fiestas de Derecho, de rugby, exámenes, cambiazos, soplos, aulas, apuntes, club deportivo, bar de la facu, pub de la facu, Moncloa, partidos, terceros tiempos. Las calles de Madrid…. Todo un mundo. Vosotros sabeis que es un mundo.
Luego ambos aprobamos el ingreso en la IMEC como alféreces y juntos estuvimos en Colmenar Viejo y después en la Academia de Infantería de Toledo, donde le tocó la peor Compañía, y siempre ambos arrestados y él descojonado de risa.....el muy mamón.
También María del Mar, compañera nuestra de aulas, tan guapa ella, nuestro Pitufo, con su elegancia, acabó enamorándola.
Su hermano Federico, gran amigo de mi hermano Alfonso.
Todo ha sido muy rápido, y el vértigo se apodera de los acontecimientos. No hay tiempo para reacciones, ni despedidas, ni visitas, ni capacidad para prepararte para algo tan súbito y funesto.
A mis 51 años, a pesar de mi fe, sigo sin encontrar respuestas. Es muy pronto para esto, y no deben ser así las cosas. Solo me queda el imborrable recuerdo de lo compartido y disfrutado.
Descanse en paz y un enorme beso para toda su gente.
Hugo
Gracias por ser tan buenos amigos de mi hermano Mariano. Un abrazo para vosotros de Fernando.
ResponderEliminarConocí a Mariano en la facultad, fue mi primer amor y, aunque la relación no prosperó (tomé decisiones equivocadas en aquel momento) siempre le recordé como lo que era, buena gente de las de verdad. Al cabo de los años nos encontramos, el con su hijo y yo con el mío, los dos en el carrito y nos miramos con auténtico cariño. Recibí con incredulidad su fallecimiento y con una infinita tristeza. Descanse en paz querido Mariano
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